La derrota frente a Platense terminó de encender las luces de alerta en el plantel y cuerpo técnico.
Es que Deportivo Morón volvió a mostrar su cara más pobre nuevamente dejando en claro que deberá cambiar varias cosas para poder modificar el rumbo de una historia que nadie esperaba a priori.
Que hayan pasado más de treinta minutos hasta que ser arrimara una situación de peligro sobre el arco rival quizás no sea novedoso, pero el pésimo funcionamiento defensivo sí es algo nuevo en los equipos que dirige Walter Otta.
Y lo peor es que la misma situación viene repitiéndose por lo menos en los tres últimos partidos, salvo que en esta oportunidad, Julio Salvá volvió a levantar su nivel y se transformó en la figura del Gallo.
Tres veces tuvieron que hacerle el dos-uno a Nico Martínez entre Morgantini y Amarilla para que en la cuarta oportunidad llegara el primer penal. Y si el marcador de punta pasa, hablamos de Morgantini, el delantero o volante debe acompañar en la marca; concepto que no está claro o decididamente este equipo no aplica.
De todas maneras hasta que el uno a cero en contra parecía acercarse al final, Deportivo Morón sufrió de una apatía futbolística que es preocupante, es que si no se generan situaciones, no se convierte y por ende no se gana.
La idea del técnico de jugar con un nueve retrasado pivoteando a los volantes podrá calcularse muy bien en los papeles pero en la realidad se transforma en un esquema sin llegadas sobre el arco contrario.
Y de esta manera seguirán desfilando los delanteros que se verán obligados a retrasarse de tal forma que para tomar contacto con la pelota estarán lejos de su zona donde pueden arrimar peligro.
Recordemos el caso de Britos, vino como titular, y a la cuarta fecha Rossi le comió el puesto.
Es que el Bicho le resolvía a Otta un problema que el mismo técnico sabía y no podía solucionar: llegaba muy poco pero la efectividad de Javier Rossi era altísima.
Podrá ser Cháves , Pumpido, Akerman o cualquier apellido; el juego no llega al área contraria.
Claro que en la desesperación del resultado adverso, Morón arrinconó a Platense sumando a Pardo y Gerardo. Y la pregunta del millón sería por qué no apostar un poco más desde el inicio sin esperar que el rival te emboque y se sienta cómodo a la espera de un contragolpe.
Es un tema conceptual que el técnico tiene claro y no sé a esta altura si este plantel lo tiene de la misma manera.
Hablar de tres penales en contra es inútil, porque pensar que hay una mano negra detrás del referato queda denostado al repasar la imágenes en donde claramente se ve que las tres sanciones fueron correctas y tan alevosas que aunque quisiera, el juez no podía omitirlas.
Humildemente creo que Walter Otta deberá mostrar por lo menos un intento de cambio conceptual en el planteo frente al equipo mendocino el próximo lunes.
Esperar obtener distintos resultados repitiendo lo mismo sería un error. Y no pasa solamente por cambiar apellidos en un esquema que por ahora se ha mostrado como fijo y desgastado.
Quizás este sistema haya funcionado como para conseguir el ascenso con un plantel de una jerarquía superior al resto, o para conseguir algunos resultados en el torneo pasado y mantener la categoría...pero por ahora parece insuficiente para asumir un protagonismo que todos esperábamos antes del inicio del torneo.
Otta ya ha pasado por momentos críticos y ha conseguido acomodar el rumbo, veremos cuál será la propuesta desde el banco para poner a este equipo en carrera antes de que sea demasiado tarde.
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