lunes, 16 de marzo de 2015

Morón se aleja (de la ilusión).

Foto: Osvaldo Abades (h)
Y es una sonrisa y una tristeza. Quizás frente a Barracas nos vuelva a tocar el triunfo. 

Giunta repitió el mismo equipo y esquema que tan mal había jugado frente a Riestra. Pero en esta oportunidad no tuvo chances para el cambio ya que el resultado volvía a ser adverso y en este caso Morón jugaba con diez. Acassuso lo superó tácticamente y en llegadas, ya que a los veinte minutos el arco de Peratta pudo haber tenido dos adentro de no ser por unos centímetros que jugaron a favor del Gallo.

Pero el desnivel no se demoró mucho más, luego de la salida de un córner, una contra del local tomó a todos a medio camino y Esteban González habilitó a Caballero a las espaldas del "Kili" Peralta que por sobre la desesperada salida del "uno" de Morón abría el marcador.

La impotencia invadía los nervios y en una jugada, para nosotros polémica, es expulsado Gerardo. Y este equipo sin el "diez" es un cero en ideas y claridad. Giunta repite el ingreso de Javier Pérez por Peralta, que de paso, alguien también tendrá que dar explicaciones de su arribo al club. Pero el dos a cero llegó sin dejar nacer ni siquiera alguna esperanza de empate. Luego, Acassuso mucho más tranquilo, manejó tan bien el partido que hasta levantó el pie bien al final como para que Nannía descontara.

Por ideas, orden y llegadas, el dos a uno no refleja lo que vimos. El "quemero" nos tiene de hijos, simplemente porque juega mejor.

Es él o yo. Parte 2

Foto: Osvaldo Abades (h)
Algo extraño sucedió a mediados del complemento. El juez de línea llama al árbitro José Carreras y éste decide la expulsión de Blas Giunta. Pero el técnico de Morón en primer lugar no se dio por aludido y luego se negó a dejar el campo de juego. Llamaba a Carreras como para que fuera a echarlo cara a cara, cosa que el juez no hizo. El partido estuvo detenido cinco minutos, la policía esperaba la salida del técnico, pero Blas no se iba. Cuando la cosa no daba para más, Giunta encaró con custodia hacia el túnel, cruzando el campo de juego. Pero a mitad de camino, se volvió para increpar a Walter Otta (con quien ya había tenido un cruce mediático en Copa Argentina). Todo este papelón ante las cámaras de la tele y los pocos espectadores que estábamos en Platense.

Pero observen algo. NINGÚN JUGADOR DE MORÓN SE ACERCÓ AL TÉCNICO PARA CALMARLO  Y CONVENCERLO DE DEJAR EL BANCO DE SUPLENTES.
Quizás no haya que leer nada entre líneas, pero no es un dato menor que en ésta a BLAS lo dejaron solo.

3 comentarios:

  1. Ni jugadores ni cuerpo tecnico fueron a calmar a un dt q estaba fuera de si (puede pasar). Se mando un papelon y nadie lo ayudo. Es un claro ejemplo de un equipo q no es un equipo. Asi...dificil

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  2. No sòlo Acassuso nos tiene de hijos , tambien nos tiene Walter Otta y ese estadio de Platense donde nunca podemos ganar.
    Ya la ùnica soluciòn que le veo al futuro de Moròn no es salir a buscar a un nuevo DT, ni a un nùmero cinco, ni nada sino salir a buscar a un jeque àrabe y que maneje todo; por lo menos va a ser màs entretenido y divertido que este eterno calvario que venimos padeciendo desde 1968 ( 47 años que Moròn no gana nada importante). Blas.

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  3. Muy bien dice el Sr, Echeverria en su comentario cuando se refiere al jugador Peralta, que algunos deberian dar una respuesta de porque se lo trajo, yo ampliaria la lista, tambien cabe preguntarse porque vino Montenegro, Ramos, Barrios Suarez,Fonseca, Ferrero,los Diaz, Pio, Mendieta, estos dos ultimos cuando llegaron se dijo que era apuestas de Pasini y Giunta, respectuvamente, apuestas que logicamente paga como siempre el club.
    Pregunto se alguno de estos jugadores la subcomision de futbol los vio jugar antes de traer?, estoy seguro que no, porque algunos de ellos hacia varios meses que no jugaban, por lesiones o porque no tenian donde jugar.
    Realmente la funcion de esta subcomision deja mucho que desear, ademas pecan de Soberbia, creyendose que lo saben todo.
    En sintesis nos espera un largo y tortuoso campeonado en donde estaremos en mitad de tabla, sin aspirar a nada, es decir un nuevo fracaso dirigencial.
    Federico Moran

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