martes, 4 de septiembre de 2018

Una noche para el olvido y para patear sueños

Nuevamente Deportivo Morón debutó frente a su gente con una derrota y una decepción. Tal como sucediera en los dos últimos torneos (frente a Tristán Suárez y Riestra), el equipo de Walter Otta se encontró con un Almagro que lo superó a lo largo de los 70 minutos que se pudieron jugar.
Si bien el "Tricolor" no mostró grandes luces, la presión permanente sobre la salida del Gallo permitieron a la visita conseguir dos goles derivados de sendos errores en la última línea.
El primer tanto fue una inexplicable pérdida del balón en un remate débil de Damián Arce que Salvá no pudo retener y en el rebote  Acosta puso el uno a cero.
Al rato nomás y sin tiempo de reacción, Nico Martínez y Nizzo no pudieron despejar un balón del fondo que derivó en un centro bajo que superó los intentos de Mayola y de Sebastián Martínez para que Susvielle pusiera el dos a cero.
Morón no podía reaccionar ante una presión visitante que no mermaba a pesar de los minutos que pasaban.
Algunos tibios intentos de Nicolás Ramírez por izquierda o Pardo por derecha fueron diluyéndose frente a una defensa visitante que tenía claro que no debía equivocarse como sus rivales.
Sólo una corrida de Diego Cháves que tapó el arquero visitante fue lo que tuvo Morón en la primera etapa.
La preocupación de Otta hizo que desde el arranque del complemento Akerman saltara a la cancha por un volante de contención: Nizzo.
Quizás se intentó más pero sin preocupar demasiado a la defensa de Almagro.
El partido debió interrumpirse por disturbios fuera de la cancha a los 70 minutos.
Intimamente creo que podrían jugarse los 90, 120 o más y Morón no iba a conseguir el empate.
Morón jugó como con Colón pero sin Colón enfrente. Almagro le dio un duro cachetazo y lo bajó a la realidad.
Quizás Ramírez estuvo un escalón arriba y cerrando entre los peorcitos hay varios, entre los cuales se destacan Salvá y la defensa.
Román estuvo intrascendente. González molesto con sigo mismo y sus compañeros. Nizzo a los ponchazos. Cháves no encuentra a sus compañeros y ellos no lo encuentran a él. "Pichín" un torbellino inofensivo. Y Otta tendrá que pensar que los rivales ya lo conocen y mucho.

Los Incidentes:
De acuerdo a la información que recogimos, los disturbios se produjeron fuera del estadio con un grupo de hinchas de Morón y Tigre a quienes no se les permitió el ingreso. La cosa fue creciendo y se desbordó en el transcurso del segundo tiempo con balas de goma y gases.
El árbitro Ramiro López decidió la suspensión del partido cuando la policía local no pudo garantizar que los disturbios fueran a solucionarse.
Seguramente se jugarán los 20 minutos a puertas cerradas y habrá que ver si la cancha recibe sanciones de parte del Aprevide.

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