lunes, 4 de junio de 2018

Morón empieza a jugar sin jugar

Y ya a la distancia, números, simplemente números. Luego del indiscutible ascenso de San Martín de Tucumán se termina dando la lógica...ganan los mejores, por lo menos esta temporada.
En la previa eran candidatos. En el torneo mostraron ser los más poderosos y todos aquellos que vimos los partidos en que nos enfrentaron, dijimos que sin lugar a dudas eran los dos mejores equipos del torneo.
También, para aquellos que utilizan discursos simplistas, la plata pudo, ya que fueron los dos planteles más caros de la categoría.
Y para aquellos que tienen media biblioteca leída, la otra mitad admite y acierta con los cambios de técnicos a mitad del río.
Así y todo el Santo tucumano estuvo a un minuto de quedarse afuera, muy sobre la hora gritó ese gol tan valioso como los de ayer. Pero demostró que en instancias definitivas, en la Ciudadela, es inmortal.
Y mire cómo serán las cosas que la tabla final del campeonato quedó así:
Almagro, Aldosivi, San Martín, y Rafaela... cuatro empates. Brown , Sarmiento y Agropecuario...tres triunfos. Instituto y Dálmine...dos derrotas.
Alcanzó justo, no sobró. A tres del reducido y a solo dos para no descender.
Quizás por esto Walter Otta decidió la renovación de gran parte del plantel. Quizás sus sospechas de de que iba a ser muy duro se plasmaron en una realidad que por poco lo obliga a irse allá por diciembre pasado.
Es que este loco torneo en donde desciende el 25 % de los equipos y ascienden solamente dos, es una trituradora de cerebros y emociones.
Morón zafó esta temporada pasada. Porque el campeonato para el Gallo era ese. Intimamente, y observando rivales, sabíamos que quedarnos era la meta posible y no perder esfuerzos en soñar imposibles.
Claro que también podés tener tus benditos momentos: como ganar, por ejemplo, dos partidos casi sin patear al arco (como en Adrogué o Mendoza). O si no hubiera habido penales...ganarle al Quilmes sin llegarle al arco. Pero Otta no es tonto y sabe que la suerte debe ser bienvenida pero no hay que abusar de ella.
Claro que ahora le toca una parte que casi no le hemos visto: elegir y acertar. Porque hasta ahora cada vez que pudo trajo dos o tres jugadores, y a las puertas de la realidad sus aciertos han estado en el mismo nivel que sus malas elecciones. Pero ahora su margen de error va a ser muy bajo, ya que ha decidido prescindir de jugadores que han jugado mucho como Díaz, Giménez o Guzmán. Y para colmo, en el "esquema Otta", Javier Rossi es fundamental y su continuidad está muy complicada a pesar de su contrato.
Milton (por ahora) y Salvá.
Paredes, Sebastián Martínez (quiere quedarse), Racca (estaría listo para el inicio del torneo), Mayola y Nico Martínez. De estos dos últimos es un secreto a voces que Walter Otta busca otras opciones.
Nico Ramírez, Lillo. Pardo, Pumpido. No olvidemos a Mauricio Alonso (que volvería con el inicio del torneo).
Si uno toma en cuenta las inclusiones de Broggi, Jerez o Montero, creemos que el técnico buscará darlos a préstamo.
Ni hablemos de los que practicaron con la primera y ni debutaron.
O sea que para completar un plantel de 25 jugadores, estarían faltando por lo menos de 13 a 14 apellidos. Pero apellidos que jueguen, no que sean promesas por ver o jugadores de los que se tenía una imagen y terminan siendo otra cosa.
Ahora veremos a este cuerpo técnico en la conformación de un plantel casi en un 50%. Y a una Comisión Directiva que sostiene no gastar más de lo que se puede.
Viene el mundial y siesta generalizada. Claro que para Morón, el torneo ya comenzó a jugarse y sabemos que estas instancias son las más importantes, podés plantear bien o mal un partido, pero no hay margen para equivocarse en las elecciones.


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