Mirar a todos desde arriba nos da mucha satisfacción. Asimismo lucir la punta de este torneo va a reducir notoriamente los márgenes de errores.
El partido del martes fue una clara muestra de ello. Deportivo Morón se encontró con dos cosas: un Almirante (conocedor de sus limitaciones) que le planteó un encuentro en el campo físico y de la lucha; y por el otro lado un gol inesperado que el elenco de Walter Otta debió haber cuidado de otra manera.
Y decimos esto porque en un enfrentamiento en donde Morón nunca pudo hacer pie en su juego debido a la férrea marca del equipo local, se encontró con un gol ajeno a la historia en los pies de Rossi que a esta altura transforma las piedras en oro y de la nada los tres puntos eran nuestros.
Era obvio que con el resultado adverso, Almirante iba a salir por lo suyo y quizás en este punto, y a nuestro criterio, Walter Otta debió haber acomodado el esquema sin esperar que los de Pascutti arrinconaran al Gallo.
Si bien el conjunto de CASANOVA nunca fue profundo, el dominio físico era constante y los límites del error empezaban a achicarse.
Rodrigo Díaz (de flojísimo partido) permaneció en cancha demasiado tiempo y lamentablemente estuvo involucrado en el erróneo pase hacia atrás que culminó en el empate Mirasol.
Si el técnico de Morón optó por Giménez, no era Guzmán quien debía salir (salvo algún problema físico que desconocemos).
Pero a nuestro criterio, el segundo tiempo Morón debió encararlo con una sola modificación: MINICI por DÍAZ.
De esa forma se liberaría a Pardo para que acompañe a Rossi en alguna réplica que seguramente habría, merced de un local obligado a dejar espacios en busca del empate. O sea que el medio hubiera quedado con Guzmán, Lillo, Gerardo y Minici; sueltos arriba Pardo y Rossi. Uno no es adivino, pero estamos convencidos que el resultado se hubiera mantenido en favor del Gallo.
Seguramente un empate en Casanova no era un mal resultado, pero en Campana y sin público, para un equipo puntero y con ambiciones, parece insuficiente. Sobre todo si tenemos en cuenta, y no es poco, que el destino nos dio ese gol ajeno a toda historia hasta ese momento.
En vistas al Lunes la disyuntiva será si el técnico conservará en cancha al mismo equipo o le meterá mano del lado de Rodrigo Díaz.
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