viernes, 28 de octubre de 2016

Opinar también suma

Cuando hablamos de fútbol, hay mucho de materia opinable y cada uno de los que amamos este deporte tenemos un técnico adentro.
Y sentarse a discutir en una mesa sobre tácticas, estrategias, si debió jugar tal o cual es muy argento.También, hay que decirlo, el hincha argentino es conocedor y exigente. Quizás sobre la base de semejante exigencia haya que buscar los orígenes de una cantera inagotable de jugadores que surgen año tras año en la divisiones inferiores de distintos clubes.
Personalmente sostengo que si de once jugadores que un D.T. pone en la cancha estamos de acuerdo en por lo menos 8, 9 o 10, eso quiere decir que ni el técnico ni nosotros estamos equivocados. Claro que pretender acordar en los 11 principales protagonistas  sería difícil, pero en varias oportunidades ha sucedido.
Para tomar el caso del once titular que jugó frente a Villa San Carlos, lo dije antes del partido y lo sostengo, estuve casi en un total acuerdo con Walter Otta. Y el "casi" pasa por algo que no me cerró al leer la formación inicial del medio campo. Si Leandro Guzmán juega por derecha, Gerardo y Emmanuel Giménez por el medio y lo "forzamos"  a Pardo por la izquierda...¿quién marca?.
La intención de tener a Rodrigo Díaz y a Gerardo Martínez en el once titular es tentadora, pero eso obliga a que este último juegue en una posición que a la larga no termina sintiendo. Y saquemos del medio las declaraciones del jugador que jamás dirá que no se siente cómodo en tal o cual lugar. Pero a las pruebas me remito. El diez llegó a su quinta amarilla en once partidos, quizás no sea un dato relevante, pero sí recuerdo que por lo menos esta última es fruto de un tipo ya cansado y "obligado" a cumplir funciones que no son su fuerte.
Cuando Lillo jugó bien de "5" frente a Excursionistas lo destacamos. Debe ser uno de los jugadores con mayor despliegue físico y recuperación que tiene este plantel. Recordemos también que esto mismo sostuvimos luego de las dos derrotas iniciales en donde explicábamos que era difícil pretender armar un equipo con mucha llegada y poca marca. En aquella oportunidad dijimos claramente  que Broggi y Lillo debían estar entre los once.
El joven surgido en las inferiores volvió a ser titular y no largó más la camiseta, quizás relegando a un Ferreyra que tiene otras características pero que para este equilibrio del que hablamos, Broggi es mejor opción, por lo menos por ahora.
Y por otro lado, si yo pregunto quiénes son los mejores a la hora de poner centros en el área rival, usted coincidirá conmigo en que estamos hablando de Díaz o Gerardo. Claro que con estos dos exponentes juntos, el último martes no se le pudo habilitar ni una sola pelota a Rossi para dejarlo cara a cara con el arquero rival. Pero al margen de esto, lo que llamó poderosamente la atención fue la decisión del técnico de incluir los últimos 20 minutos a Sebastián Montero (destacado por su salto y potencia cabeceadora) sacando simultáneamente a los dos lanzadores. O sea, por un lado Otta busca la alternativa de ganar el partido de arriba, pero saca a quienes pueden surtirlo de pelotas.
Y es allí en donde notamos que "dosificar" a Rodrigo Díaz o Gerardo Martínez también es estrategia. Y en este punto quizás tengamos el mayor desencuentro filosófico.
El partido terminó en empate, punto que seguramente servirá al final del camino. Que en definitiva fue justo pero mezquino para las aspiraciones de uno y otro basado en cómo llegaban para ese partido.
Pero opinar de todo esto no es poner en duda la continuidad de un técnico. Walter Otta tiene bien ganado su lugar y trabaja mucho para sostenerlo, asimismo cualquier opinión que pueda hacerse sobre esta realidad futbolística, solo tiene intenciones de sumar y mejorar lo hecho.

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